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ALTEREGUMANCIA

Un poco de culpa ayuda II parte. (El Maquinista)

Un poco de culpa ayuda II parte. (El Maquinista)

Comentábamos la semana pasada sobre la película El Maquinista de Brad Anderson, en la que Christian Bale interpreta a Trevor Reznik, un trabajador de la industria metalmecánica que se ve involucrado en un accidente y la culpa que le acarrea lo lleva al borde de la locura.

Christian Bale, dentro de su ya conocido registro psicopático, hace un papel fabuloso.  Además del esfuerzo de adelgazar hasta casi “no existir” (lo que es fundamental para la historia, que se alimenta mucho de los detalles, más que de la complejidad de la trama).  Eso, en el fondo, es lo que quisiera Trevor Reznik, no existir, no estar ahí para sufrir el dolor de sentirse culpable.  En su afán de negar lo que le pasó, un Trevor insomne desde hace un año, muestra las huellas evidentes de la carga que lo consume.  Estar "dormido" moralmente no lo deja dormir por las noches. Ese es el conflicto que consume a Trevor y le quita espesor a su existencia, transformándolo en un fantasma. 

 

“Un poco de culpa ayuda” es mi traducción de una frase del guión: a little guilt goes a long way, dicha por Trevor en alguno de sus diálogos alucinados.  Esta resume bien el problema.  Uno tiene que reaccionar ante el sentimiento de culpa.  Reaccionar de manera de compensar de alguna forma la acción reprobable que el remordimiento nos señala.  Si uno intenta ignorar el cargo de conciencia, esto altera profundamente tu existencia.

 

Un dato interesante es que el autor incluyó frecuentes referencias a lo “siniestro”.  Esta palabra tiene varias acepciones: izquierda, ominoso, malvado, abandonado y de mala suerte.  Todas ellas aparecen en la película.  En varias ocasiones a Trevor le toca escoger entre dos caminos, y siempre escoge el más oscuro, el de la izquierda, el siniestro.  Escoger si enfrentas tu responsabilidad o huyes, he ahí la cuestión. 

 

Otra de las referencias constantes de la película es el pez.  Su significación más usual esta relacionada con el cristianismo y me parece que en este caso específicamente con la redención.  Uno de los conceptos fundamentales de la filosofía cristiana es el hecho de que todos los hombres estamos en estado de “caídos”  por el pecado original, y debemos buscar activamente nuestra salvación.  (Dato curioso: Bale rebajó con una dieta de atún, precisamente el pez que Trevor sostiene en una foto)

 

Una escena se repite con insistencia: lavar con cloro.  Los que tienen algúna amistad o pariente un poco obsesivo con la limpieza sabrán que es la herramienta predilecta.  Pero además es el químico ideal para limpiar rastros de un crimen, porque todo lo disuelve.  Por otra parte, lo que se lava con cloro queda blanco, por lo que la significación es doble: borrar las huellas del crimen, lavarse la culpa, quedar puro.

 

En la pélicula podrán pueden encontrar referencias a dos grandes autores literarios, muy relacionados con el tema de la culpa: Dostoievsky y Kafka.  Trevor está leyendo El Idiota, novela en la que se habla de un simple de mente que es absorbido en una trama de culpas que lo tienen injustamente en el centro.  Trevor se da un viaje en  el “Paseo 666”, la típica “casa de los horrores” de toda feria, y en este paseo se cruza con un cartel que dice Crimen y Castigo.  Esta famosa novela de Dostoievsky tiene como protagonista a Raskolnikov, personaje que intenta justificar un absurdo asesinato que cometió, pero que termina entregándose para buscar la redención.  Por último hay que recordar que la novela  El Doble del mismo autor habla del fenómeno doppelganger, el mito de la existencia de un doble nuestro en algún lugar.  Dostoievsky usa este mito como una manifestación psicopática de la culpabilidad: imaginamos un otro que tiene nuestras peores características, y le atribuímos a él todos nuestros errores.  Si ese otro no existiera, nosotros seríamos buenos.

 

Trevor Reznik también leyó El Castillo de  Kafka.  Esta novela está en el fondo de la vitrina de su baño, detrás del espejo en el que mira su fantasmagórica delgadez, y se pregunta con insistencia: "¿Quién soy?".   El tema general de esta novela es el absurdo, el sinsentido de la existencia, la irrealidad de la vida  la búsqueda desesperada por respuestas que nunca llegan. 

 

La ambientación del filme es extremadamente opresiva: paisajes desolados en los que hay pocas cosas: grandes instalaciones industriales, profusión de líneas rectas, volúmenes enormes, de colores monótonos entre el sepia y el gris, podría decirse que son superficies duras, inhumanas; ubicadas en grandes espacios, desguarecidos, abandonados.  En ellos, los humanos se ven desvalidos, como arrojados sin protección.  El cielo siempre amenazante, con nubes de tormenta y fosforescencias de relámpagos.  Un trabajo fenomenal en la escogencia del sitio porque te “coloca” en el ambiente psicológico y moral del filme y se transforma en un significante más (Dato interesante: se supone que la historia transcurre en Los Ángeles, pero fue filmada en Barcelona.  La escogencia de lugares sin identidad específica, que existen en cualquier ciudad, es un trabajo admirable).

 

En última instancia, y aunque con la emoción de un filme magnífico aquí les haya dado lata con mil conexiones, buscando el tuétano de la cuestión, el argumento es bastante simple:

 

El infierno es ignorar la culpa.

1 comentario

Nones -

Déjeme decirle que tiene usted un dominio innato de agarrar las palabras por la crin y arrastrarlas con sutil elegancia hasta donde usted se lo proponga. Tiene mi mas ferviente admiración.