Hitler como cliché

No es que el tipo no haya sido monumentalmente malo.
Lo fue.
Pero no estaba solo. La humanidad vivió y permitió las tropelías de por lo menos tres más como él, a un mismo tiempo. Tipos que hicieron lo que les dio la gana, y mataron a todo el que se les puso en medio. Hitler, Stalin, Mao, en cálculos conservadores, mataron a 10 millones de personas cada uno.
Tardamos bastante en tratar de impedirlo, y eso nos pesará por siempre en la conciencia. Y la educación debe hacer énfasis en esa responsabilidad, en la necesaria atención para que no se repita.
Pero mencionar a Hitler cada vez que uno quiere hablar de "lo más malo" o "lo indudablemente malo", tiene un lado digamos que anti-pedagógico:
Es fácil decir: ¡Bueno, yo no me parezco en nada a Hitler!
Y ya está.
Es por esto que cuando se quiere trabajar, pensar y discutir ética se debería evitar esa trampa.
Uno debería insistir en lo que señalaba Enrique Urbizu (Director de la estupenda película La vida mancha [2003] y la más reciente No habrá paz para los malvados [2010], que aún no he visto): "A veces causa mayor desgracia el trabajo mal hecho, o la desidia, o la prepotencia en las labores cotidianas: puede ser tan dañino como una mente criminal desatada".
Puede ser exagerado, pero yo creo que es mejor ejemplo de maldad un maestro que no asiste a clases, que pide reposos injustificados, que no estudia ni prepara sus temas o que demuestra displicencia hacia su trabajo.
Debemos insistir en eso.
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