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ALTEREGUMANCIA

Versos

No resucitar

No resucitar

Unos juran que nunca ha estado aquí

que es sólo un refugio de la fragilidad

cuerpo heroico anhelado

siempre por llegar

   volando

a por nosotros

(como un superhombre)

 

otros sueñan con su regreso

y hablan en lenguas

sobre un explorador amnésico

que camina por las nubes

   calculando

la eventualidad del paraíso

al contar las cicatrices

y los cardenales que le dejó

su noviciado por la piel

 

y también hay quien piensa que se distrajo

con las rezongas del mercado

o en chácharas de plaza

con vagabundos y rameras

   ayunando

en compañía de los que luchan

por unas magras reivindicaciones

haciendo estigma con sus fluidos

o escaramuzas bajo el sol

hasta quedar exangüe

bajo la sombra de dos ramas en cruz

en un bosque a punto de ser talado

   regenerando

un espacio para lo perecedero

en los mercadillos de algún templo

   minando

las bases del poder

con el que nos obligan a comulgar

 

(Cuentan que por las tardes toca la chirimía

mientras espera con paciencia proverbial

a los que se acuestan como las gallinas

y los que persiguen estrellas fugaces

para que se libere un rinconcito tranquilo

cerca de la lumbre del hogar)

 

Sea como sea y su curiosidad

creo y después me preocupo

punzo-penetran las dudas

que me dejan tergiverso

en los rezos del insomnio

y me ponen a revisar

las desangeladas cuentas

de lo que hemos olvidado

 

¿cómo viviremos la diferencia

entre una purga espiritual

y el arrebato místico

entre la tiránica homeopatía

y el milagro de la sanación

entre las ofertas engañosas

y la multiplicación de los peces

entre el caudillo carismático

y el Dios encarnado?

 

¿cómo sabremos saber

si sus palabras son las que son

y no la sagrada ortopedia

que saca millones por cada muñón

y nos vende almas de infomercial

con premuras que habría que reservar

para la conservación de la carne

de cara a este deterioro?

 

¿cómo creer que ese amor quiere

para nosotros la eterna felicidad

y no un suicidio en horario estelar?

 

como una hecatombe de borregos

o el purgatorio de los errabundos

   escenificando

redenciones paródicas

mientras prohombres y efigies

construyen sus imperios de formol

y hacen malabarismos con los intereses

de treinta monedas bien administradas

y todo lo que se puede diezmar

entre los compromisos y las omisiones

 

¿Cómo aceptar la inocencia

y librarnos del cinismo?

 

¿cómo sosegar la sed

de sangre con espinas?

 

Que así no resucite

porque tendremos linchamiento

en tribuna pública y sin tribunal

con falsos testimonios

y verdad adúltera

con desintoxicaciones forzadas

en los asilos del extrarradio

y trepanaciones

del aura que no se deja mitigar

discrepancias con la realidad

que le serán medicadas

 

Y durante un domingo sin fútbol

el mutante será desvestido

en subastas de caridad

por modelos anoréxicas

con los bolsillos llenos de rocas

o por ladrones protegidos

con el manto purpurino de la popularidad

mientras perdona su deshidratación

bajo las luces de los flash

 

Y tendrá los pudores escarmentados

bajo el sol de los folletines

le alcanzará la filosa lanza de la ironía

y se escuchará restallar

el látigo de la incomprensión

mientras regalan manzanas y elucubraciones

bien intencionadas

a las madres y los empedernidos

 

Todo esto por haber osado

un contrapeso por la dignidad

sin ningún propósito de enmienda

   cuestionando

esos monumentos perversos

con los que matamos a los dioses

para luego piratear

el origen y lo creado

con ejercicios de relajación

y abundantes drogas de diseño

con repeticiones eternas

y postraciones ideológicas

con la distracción

de las masas pre-cocidas

que coagulan con el poder

para traicionar la fe

y sacrificar la razón.

Partir es partirse

Partir es partirse

Olvidas partes de ti

regadas en el te fuiste

 

vuelves con el cuerpo

y dejas el alma como un ancla

 

vives en un presente sin sal

y endulzas el pasado

 

te vas doblando al hacer las maletas

pero te quiebras en la despedida

 

ausencia doquiera estás

y siempre allende tu presencia

 

comienzas a planificar el regreso

desde el momento de la llegada

 

te duermes pensando en lo que dejaste

y despiertas soñando que ya estás ahí.

Deberían ponerte a dormir

Deberían ponerte a dormir

 

No te amarro

ni te pongo un bozal

ni te dejo nunca afuera

con este mal tiempo.

 

Nunca me olvido de ti

te llevo conmigo

te protejo y trato

de aliviar tus pesares

y si te has peleado

con el mundo

lamo tus heridas

y escucho tus lamentos.

 

 

Tu muestras los colmillos

y gruñes cuando me acerco

y me lastimas con saña

haciéndome tropezar

poniéndome contra la pared

mordiéndome entre ladridos

inoculando miedo en los huesos

que estoy seguro quisieras roer.

 

 

Deberían ponerte a dormir.

 

No cuidas de mi sueño

y más bien te divierte

organizar los insomnios

cuando la luna te favorece

o ulula una ambulancia

o pasa una perra mala

con el lomo arrebujado

o se muere un vagabundo

de tu tribu urbana

entonces aúllas durante horas

tumbas los tachos de basura

y persigues las ánimas con frenesí.

 

 

Cobarde hasta las pulgas

si entran de saqueo

no te molestas en ladrar

o estas como ausente

o te lías como un anillo

o meneas la cola mansamente

o te callas como un enemigo

o simplemente no te importa.

 

Deberían ponerte a dormir.

 

Cuando alguien me lastima

no mueves un pelo de tonto

porque consideras merecido

los golpes y peyorativos

ya que sirven para domar

mis numerosas mañas

 y perjuicios.

 

Pero si me besan la punta del pie

o tan siquiera se atreven a olerme

se te cruza la bestia peluda

con el monstruo desencajado

y te retuerces y tiemblas y chillas

amenazando con aspaviento

como si  pudieras

comértelos muertos

antes de caer al suelo.

 

Deberían ponerte a dormir.

 

Te juntas con otros para arruinar

lo bello y lo ordenado

tu jauría llega sucia enferma y hedionda

y juegan toda la noche al escondite

a policía y ladrón a la tonga y al escondido

y tras la brutal tropelía

quedan en astillas

 jarrones  espejos y fotografías.

 

Para que no me queje

ni eche en falta alguna escultura

antes de largarse todos abrazados

bajo la luna en el jardín amado

cagan entre saltos y contorsiones

sobre las rosas y los tulipanes.

 

Deberían ponerte a dormir.

 

Muerdes la mano que te alimenta

precisamente mientras te alimenta

y sosteniendo mis dedos entre tus caninos

te ríes y me exiges que te pida perdón

y que silbe y que cante y que rece una oración.

 

Lo que te sirvo siempre está demasiado caliente

o tan frío que podrías constiparte

tan dulce que daría caries

o muy salado para tus riñones

exiguo para tus ganas

abundante para tu mesura

o mezquino para tu justa retribución.

 

Deberían ponerte a dormir.

 

Transmites enfermedades

y eres el huésped maldito

(con gozo mal disimulado y alevosía)

de los vectores de una peste ontológica

el olor que marchita flores

el hálito que tumba dientes

el contacto  que empava

la estela que marea

la mirada que nubla la mente

el miasma que empicha el agua

y la presencia que descorazona.

 

 

Pero no dejas que te bañe

tu pelaje enmarañado y viscoso

tiene nudos  tan intrincados

que solo la sarna podría acicalarte.

 

Deberían ponerte a dormir.

 

Eres puro dolor:

         pena realenga

         cojera de la convicción

         mutilación en las ganas

         y artritis del amor

          

te falta sangre para tanta herida abierta

               costilla para tantos golpes de la vida

               barriga para arrastrarte hasta la tumba

estás raquítico para lo que jodes

           herniado para lo que te conviene

           chueco para tu asombrosa ubicuidad

 

y aunque la piel se te cae de los huesos

y tienes los belfos en jirones

quieres besar sin boca

y copular sin vocabulario

como si fueras de otra especie.

 

Deberían ponerte a dormir

porque es lo que se hace con los perros

que están como tú estás

desde hace ya tanto tiempo.

 

Pero no me atrevo.

No puedo ni pensarlo.

(Me angustia extrañar tu compañía.)

Declaración de fines

Declaración de fines

¿Y si esto fuera lo último que escribo?

ya sea por que desaparece el ser que rotula

o por que no tenga nada más que decir

 

¿Cuál será la palabra que perfore el papel?

la que traduzca los signos de la angustia

de un forastero que se levanta a media luna

para aullar frases en plena transformación

 

¿Cómo ordenar los silencios?

conocer el orígen de los rezos

el delicado equilibrio de la duda

la disonancia que une los males

la armonía que mece los bienes

 

(esa maldición que nos hace hablar)

 

¿Cuál el temple de la última imagen?

la que ronde sin mácula

la que evite la viscosa huella

del verbo prematuro

que la deje preñalienada 

con los mitos urbanos

 

¿Cuál es el respeto que le debo al ser?

el apocamiento que vacia el sentido

ese fatídico gesto que me obliga

a repetir mis propias repeticiones

el lugar común que escinde la razón

y te aísla en tus propios balbuceos

 

En cualquiera de los fines

estar a la altura de mis bajezas

saturar el blanco de mis quejas

(hacer alguna rima perfecta

algún verso dorado

alguna metáfora esencial)

decir sin decir que estoy diciendo

en lo que ya fracasé tantas veces.

Selva

Selva

Existe una soberana presencia

entre el refugio y la caída ciega

dirigiendo los hilos de la gracia gastada.

 

Existe un no sé, una duda vasta que se encadena

un delirio azul que persigue y arrastra

una luz deglutida, una mutación que desaparece.

 

Como el punto y aparte de la crucifixión

unas venas oreadas al sol de la medianoche

drenan jarabe de vitriolo en dosis cortas de amor.

 

Es posiblemente un término inventado para decir río

quizá la excusa o el ritmo de la destrucción

que se te impone en el rictus firme del adiós.

 

Existe un punto que flota, unas medias húmedas

envolviendo las heridas, los dientes, el fuego

de los planetas amados, el agua turbia.

 

Es seguro un río.

  

Nihil sum

Nihil sum

Avalancha de olvido

que arrasa cobardemente

con lo más preciado

dejando agujeros, escombros

y un charco de agua viscosa

en el rostro de nuestros amores

en el reencuentro con las fiestas del pueblo

en los nombres que dábamos a las cosas.

 

Malignamente nos impone

con puntualidad compulsiva

los detalles que habíamos dejado atrás

los demonios que aprendimos a ignorar

las nimiedades hediondas y babosas

que acicateaban nuestra ansiedad

las debilidades y las cobardías

que ya nos habíamos perdonado.

 

Todo queda en nada

se repite lo igual 

con lo extraño

todo vuelve

roto

y con llanto.

 

La tristeza agota las ganas

por insolvencia de las conexiones

y el mundo se nos funde

en sentidos sin sentido.

 

Nos adelgazamos de miedo

brutalmente solos

cuando ya no sabemos quién es quien

y rostros ajenos se enciman

para reprocharnos faltas y conspiraciones.

 

Se espesa la angustia

de estar siempre perdidos

por calles que son laberintos

en donde no nos busca nadie

y cada pequeña cosa

es materia sin luz ni gracia.

 

Y entonces el asco de no saber lo que vale

lo que importa, lo que define, lo que es

lo que mata, lo que muere…

 

La terrible vida de un cuerpo con el alma vacía

cuyo único recuerdo es que alguna vez estuvo llena

 

(anemia de memorias

infarto personal

cáncer del espíritu

cauterio del prójimo

amputación del yo

lobotomía del apego)

 

sin los alegres delirios de la demencia

sin el canibalismo de la vaca loca

sin el pliegue del esquizofrénico

sin los enemigos del paranoico

sin el orgullo de los autistas

esta enfermedad es una putada

una tortura perversa

un castigo del yo

una burla mal orquestada

contra la gran promesa.

El mundo eres sólo tú.

El mundo eres sólo tú.

A Tichu

Un colibrí lánguido sobre el piso de la cocina

 

La niña que se casa con Bruto

que no la mira a los ojos mientras jura que la ama y promete serle fiel

 

La taza favorita que se quiebra en mil separaciones

 

El niño que llora una pena sin censura

 

La princesa descalza que cae en las mortíferas manos de su príncipe azul

 

La mujer que aún espera que la selva regurgite

alguna señal de su marido su hija y su hijo que se perdieron

 

El perro con tres patas que persigue a la perra en celo

 

Las palabras que pierden sentido y se oscurecen:

salvación patria progreso memoria y olvido

 

Las ballenas que extravían el rumbo y cantan como cisnes

 

La injusticia desde cualquier color desde cualquier bando

desde cualquier distracción desde cualquier argucia

 

La bola de helado que cae al suelo sin haber tocado la boca

 

La ardilla electrocutada que yace sobre la nieve sucia

 

El hombre deshojado que se cubre el sexo con basura y aceite de motor

 

me han provocado el mismo pinchazo

de cuando me doy cuenta de que siempre no estarás ahí siempre

 

y como nada tendría mucho sentido si no fuera por ti

me alegro de que el mundo seas solo tú.

Kenofobia

Kenofobia

 

El patio de una factoría

con su laberinto de tubos

y sus minotauros de vapor

 

miles de oficinas muertas

cubiculadas sin dudar

por un perverso pueril

que dejó algunas luces encendidas

por azar de su angustia

 

un motel de asesinato

al borde de la carretera

con bares de espantos

azotados por el insomnio

pasillos que fugan

a un aeropuerto menor

del que todos salen

sin boleto de regreso

 

las diabólicas rectas

de los pasillos sin flores

y el ruido de una alarma

que repite percutiendo

su alarido absurdo

“nadie nunca nada no”

(nadie nunca nada no)

 

el bloque de cristal hermético

rodeado de cuatro calles desoladas

el sótano de su garaje paranoide

sus luces temblorosas

donde se descuartizan

las ganas de vivir

del empleado a destajo

 

una ciudad sin aceras

sus carros sin chofer

sus palmeras sedientas

sostenidas por muletas

al lado de fuentes de agua

que no conceden deseos

 

las casas clonadas

y sus paredes huecas

y sus ventanas que no miran

y sus enanitos de porcelana

y sus piscinas de alcohol

 

el campo de concentración comercial

en el cráter del pasto que murió

cegado por ese Atila obeso

que escupe porquerías dulces

por su diente cariado

a una muchedumbre repetida

del domingo sin descanso

 

el hospital sin gérmenes

los niños en su primera cárcel

las mamás  de silicona

los vegetales enchufados a la nada

los miembros fantasma

las órbitas demudadas

 

infinitudes vanas

que se erigen indiferentes

a nuestros recorridos posibles

 

cosas fuera cosas dentro

con su decadencia en ciernes

de lo que nadie podrá bruñir

 

multiformidad sin contenido

aristas inertes:

su imponente ruina

ya es pasto del orín

 

un tarado hiperquinético

intentando abarcar el vacío

con su irrefrenable necesidad

de zancos para verse en el espejo