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ALTEREGUMANCIA

Kenofobia

Kenofobia

 

El patio de una factoría

con su laberinto de tubos

y sus minotauros de vapor

 

miles de oficinas muertas

cubiculadas sin dudar

por un perverso pueril

que dejó algunas luces encendidas

por azar de su angustia

 

un motel de asesinato

al borde de la carretera

con bares de espantos

azotados por el insomnio

pasillos que fugan

a un aeropuerto menor

del que todos salen

sin boleto de regreso

 

las diabólicas rectas

de los pasillos sin flores

y el ruido de una alarma

que repite percutiendo

su alarido absurdo

“nadie nunca nada no”

(nadie nunca nada no)

 

el bloque de cristal hermético

rodeado de cuatro calles desoladas

el sótano de su garaje paranoide

sus luces temblorosas

donde se descuartizan

las ganas de vivir

del empleado a destajo

 

una ciudad sin aceras

sus carros sin chofer

sus palmeras sedientas

sostenidas por muletas

al lado de fuentes de agua

que no conceden deseos

 

las casas clonadas

y sus paredes huecas

y sus ventanas que no miran

y sus enanitos de porcelana

y sus piscinas de alcohol

 

el campo de concentración comercial

en el cráter del pasto que murió

cegado por ese Atila obeso

que escupe porquerías dulces

por su diente cariado

a una muchedumbre repetida

del domingo sin descanso

 

el hospital sin gérmenes

los niños en su primera cárcel

las mamás  de silicona

los vegetales enchufados a la nada

los miembros fantasma

las órbitas demudadas

 

infinitudes vanas

que se erigen indiferentes

a nuestros recorridos posibles

 

cosas fuera cosas dentro

con su decadencia en ciernes

de lo que nadie podrá bruñir

 

multiformidad sin contenido

aristas inertes:

su imponente ruina

ya es pasto del orín

 

un tarado hiperquinético

intentando abarcar el vacío

con su irrefrenable necesidad

de zancos para verse en el espejo

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