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ALTEREGUMANCIA

El Gran Ajedrecista

El Gran Ajedrecista

"Jaque" bautizaron la operación de rescate que involucró a Ingrid Betancourt, la famosa rehén colombo-francesa.

Como en una buena partida de ajedrez, una del nivel más alto posible, todo salió con un nivel de planificación estratégica asombrosa.

Asombrosa porque involucra poder predecir la emoción humana.  No sólo los eventos con sus infinitas combinaciones, no solo las acciones con sus diversas maneras de acaecer, algunas veces para dejar todo igual o haciendo retroceder lo ganado.  Había que predecir como reaccionarían anímicamente los involucrados, por cual de sus pasiones se dejarían llevar.

El nivel de análisis de esta partida en la selva era como jugar en varios tableros al mismo tiempo: el de la zona de secuestrados era el principal, pero dependía de otros tableros en la zona del Secretariado, en la zona de negociaciones internacionales.  En cada una de ellas debían hacerse las jugadas precisas para que, varios movimientos después, se consiguiera la posición adecuada para penetrar hacia la zona del Rey, la zona de poder.

La jugada fundamental fue, como siempre una jugada que ocultaba muy bien sus fines, una jugada que parecía banal. 

Pero implicaba acariciar el ego de una persona, sobándole la autoestima.  Es quizás el truco más viejo del mundo: decirle a alguien lo importante que es, lo sabio, apuesto o necesario que es para el mundo entero.    Adular requiere de práctica y sutileza, mirar el rostro del que lo recibe para leer las ondas sucesivas de su ablandamiento.  Y después: "Jaque"

El jaque puede ser una amenaza vana en un aprendiz.  Pero un experto sólo usa el jaque para obligar al otro a mover lo que uno o donde uno lo desea.  Estando en jaque es la única circunstancia en la que uno sólo tiene una opción: mover el Rey o protegerlo, quitarse de en medio, utilizar recursos que tenías guardados para otros fines, claudicar un poquito, anunciando quizás la futura caída.

El "jaque mate", la última jugada, no implica la muerte del Rey.  Otro elemento hermoso de este juego. Es solo la imposibilidad de quitarse de encima la amenaza sobre su integridad.  Ya no puedes cubrirte, ni ocultarte, ni desplazarte, siempre estás amenazado. 

Y es cuando debes retirarte. 

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