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ALTEREGUMANCIA

Usted no es una isla.

Usted no es una isla.

Los presidentes muchas veces sufren de lo que los psicólogos llaman "locus de control externo", lo que en cristiano significa no aceptar nuestra responsabilidad y echarle la culpa a la mala suerte o a la influencia de otros: el que estuvo antes, que lo hizo todo mal, o los que están enfrente que le oponen resistencia, lo sabotean y no lo dejan actuar a sus anchas, o a los que están a su lado que son unos badulaques torpes y traidores, que no siguen sus órdenes.

Esta es una pésima actitud en un presidente. 

Con más razón lo es en un candidato a la presidencia.  La gente, muchas veces con ingenuidad, supone que usted no va a decir una cosa antes de ganar, y hacer otra después de haber ganado.  Así que concéntrese en mostrar el proyecto de país que va a construir junto a su equipo y si resulta electo, empiece desde el primer momento la mejor campaña para la reelección: sea coherente, haga que sus acciones correspondan lo mejor posible con sus palabras y obtenga resultados demostrables.

Por el contrario, si empieza desde la campaña con esta actitud de echarle la culpa de todo lo malo del país a los demás, la gente va a preguntarse cómo será cuando esté en el trono.  No favorezca este tipo de juicios morales sobre su estilo de gobernar.  Echarle la culpa a los demás revela un carácter abusivo y cobarde (las Señoronas de antes, cuando en medio de una reunión dejaban escapar una flatulencia, acusaban a una sirvienta a la que siempre mantenían a su lado para cargar con la culpa, y a la que se le llamaba "la pagapeo").

Empezar diciendo que el infierno son los otros es empezar avisando que no lo va a hacer bien.

No use el pasado como excusa.  Nadie queda muy convencido cuando usted dice que las cosas están mal porque ya venían mal, esencialmente porque para cambiarlas se le puso en el cargo.

No hable del pasado sino para obtener lecciones de él, luego describa el presente tal como lo ve y muestre un futuro mejor, construido entre todos.

No agreda a los que se le oponen.  Más bien escuche lo que tienen que decirle, y utilícelo para enriquecer su propuesta y sus acciones. Corrija, acepte sus errores, pida disculpas, discuta y defienda con ellos su punto de vista.  Usted debe tener a los mejores en su equipo de trabajo, y esto sólo lo logrará si puede escoger a los mejores entre los que lo apoyan y lo adversan.  Rara vez encontrará en una misma persona el talento y la obsequiosidad, el conocimiento y la genuflexión, el pensamiento autónomo y la adulación.

No denigre a los que trabajan con usted.  Ellos son sus ojos, sus oídos, su boca y sus manos. Si los golpea constantemente perderán su buen funcionamiento.  Tendrá ojos miopes o ciegos, bocas torpes o groseras, oídos confundidos por el caos, manos que todo lo rompen.

No se aísle.

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