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ALTEREGUMANCIA

La odiosa neutralidad.

La odiosa neutralidad.

Sacaron del aire el programa Contrapeso de Vladimir Villegas e Idania Chirinos.  El primero, oficialista, la segunda de oposición, se reunían en este espacio para ofrecer un trabajo de entrevista hecho desde las dos orillas. 

Algo no gustó en alguna parte.

 

Una cierta neutralidad molesta.

 

Un esfuerzo por entender al otro, un imaginarse lo mismo de otra manera, un criticar lo mismo para buscar otra forma de hacerlo, tienden a levantar resquemores. 

La única neutralidad medio aceptada es la autocensura.  Si no quieres hablar bien del gobierno (aunque deberías), nadie te va a castigar por eso… Pero tienes prohibido hablar mal

 

El poder exige incondicionalidad

 

Si quieres ser considerado como amigo, si quieres ser esa iniquidad que llaman “personal de confianza” tienes que ser incondicional.

 

Cada vez que pienses las cosas que tengan que ver con el poder debes hacerlo con absoluta parcialidad.

 

El problema es que absolutamente parciales son los dogmáticos, los fanáticos, los fundamentalistas, los autoritarios, los psicópatas, los fascistas y los totalitaristas; en el mismo grupo, pero digamos que en escala ascendente de malignidad.

 

Solo la reflexión crítica, que esta basada en reconocer lo otro (reconocerlo: estudiarlo, aceptar los niveles de complejidad, las lecturas, las perspectivas, los antagonismos, los puntos comunes, el aprendizaje posible) puede impedir esas cegueras parciales.

 

Por lo tanto, solo se puede reflexionar críticamente si se poseen espacios neutrales, en los que podemos acceder a lo otro, en los que dejamos que lo otro acceda a nosotros.

 

De ahí que quieran tan mal a los árbitros, y que muchas veces el final de su jornada laboral se produzca entre abucheos e insultos. 

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