Blogia
ALTEREGUMANCIA

Las fases de un viaje

Las fases de un viaje

Todo viaje comienza con la expectación de lo que está por ocurrir, la emoción de lo que se anticipa en maravillas y placeres, la angustia de los obstáculos que podrían aguar el guarapo en algún momento del periplo.

Luego entramos en estado de gracia y todo parece fantástico, como en un cuento de hadas; perfecto, como en un mundo utópico, improbable, como en un sueño.  Cada plato que probamos es ambrosía, cada paisaje es el Paraíso, cada persona es una divinidad, cada experiencia es una comunión.  Descubrimos en cada recodo algo que no habíamos probado, algo que no habíamos vivido, algo que no sabíamos que existía.  Comparamos con lo que teníamos antes de partir, y nuestro terruño siempre sale perdiendo.

Pero poco a poco vamos notando las costuras.  Vemos que en cualquier mundo las cosas son complicadas.  La belleza tiene manchas, asimetrías, cortedades.  Descubrimos que lo que nos parecía excelente viene acompañado de sacrificios que a lo mejor no estamos dispuestos a hacer. Que lo que nos parecía malo allá, aquí también está presente.  Que como en todas partes los perros muerden aún después de ladrar, y que los humanos hacen que uno quiera más a los perros.

Pasado un tiempo empezamos a extrañar nuestra vieja morada.  Quisiéramos volver al olor de nuestra almohada, al matiz del amanecer visto desde la ventana de nuestra cocina, con una taza del café que se cuela en casa.

Y entonces el viaje comienza otra vez.

0 comentarios