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ALTEREGUMANCIA

¿Por qué tengo que aprender de otros?

¿Por qué tengo que aprender de otros?

Quisiera continuar aquí la discusión que empecé en el articulo anterior acerca de aquellos que consideran no tener nada que aprender de los demás. 

En esta ocasión quisiera ver el otro lado de la moneda: los que tratan de enseñar algo, pero lo hacen con la idea que son poseedores de la verdad absoluta y definitiva.

Un pensador griego de la antigüedad llamado Gorgias afirmaba que los seres humanos no entendemos nada de la realidad, y que si lográramos entender algo no podríamos expresarlo convenientemente en el lenguaje, y que sí lográramos expresarlo los demás no lograrían entender nada de lo que pudiéramos llegar a decir. 

Si Gorgias tenía razón, entonces escribir, leer y educar son actividades completamente inútiles. 

Como creo que Gorgias es un tipo respetable, yo tiendo a tomar su frase como una boutade, como una frase chocante…

Una frase que nos invita a pensar con el otro, usando sus pensamientos de trampolín, de zanco, de túnel.

Una provocación que nos estimula a que participemos en la construcción del conocimiento, leyendo “activamente”, con una parte de asombro, respeto y admiración, la cual reconoce aportes y perspectivas; y con otra de cuestionamiento, duda y aprehensión, aquella que exige que no nos creamos a pie juntillas todo lo que ahí aparece, que busquemos nuestra perspectiva y nuestra posición al respecto. 

Que nos emplaza a que escribamos con humildad, sin preconizar que nos las sabemos todas, con la arrogancia antipática que aleja a los posibles lectores-activos, esa comunidad de interlocutores que seguirán pensando con, durante y después acerca de las cosas que a mí me dio por escribir para iniciar el diálogo.

Que nos acicatea para que entendamos la dificultad de abordar el mundo, la realidad o la verdad, o como sea que llamemos al vínculo que poseemos con lo que nos ocurre, a cada uno, a todos.

Para que haya gente que nos enseña algo, que nos muestra algo, que nos indica una vía, que comparte su pensar, que nos abre las puertas de su mundo, necesariamente tiene que haber un otro que se siente invitado a entrar, a pensar en tandem, a seguir el camino para ver dónde lleva, a voltear el rostro hacia un sitio insospechado, a escuchar con respeto y atención. 

Que el mundo esté lleno de prepotentes que se la saben todas y de fofos que no quieren saber nada es lo que hace la educación un simulacro cada vez más artificial.

1 comentario

Venezuelangirl -

Muy buena reflexion! Siempre sera importante no solo aprender de los demas, sino tambien que los demas aprendan algo de nosotros... De ese modo, en un futuro no lejano, podremos compartir esas experiencias con otras personas y sentirnos satisfechos de poder vivir en la memoria de aquellas generaciones que vendran.